Publicidad para la crisis

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A veces los anuncios no son tan claros como parece; hay que echarle imaginación y estudiarlos un poco; otras, dicen claramente que son anticrisis: coches cuyas cuotas se pagan solas, gafas gratis para parados, restaurantes con menús a 1 euro y cientos de saldos más, llenan las pantallas televisivas para animar a los clientes rezagados a adquirir determinados productos. Agencias de viajes anunciando outlets, las tiendas de ropa no han terminado de liquidar las existencias, las hipotecas casi casi regaladas… Es la publicidad para la crisis, y con todo y con eso, los comerciantes todavía se quejan porque no venden.
La televisión –gran escaparate de todo lo que existe- muestra una vez más una cara amable, con el fin de que los que no llegan a fin de mes porque hayan perdido su trabajo, se beneficien de artículos y promociones a los cuales, los que todavía trabajamos, no tenemos acceso.
Buena medida la que toman las empresas fuertes; puro marketing, cuando lo que buscan es que el cliente se acerque a su escaparate y se atreva a hacer frente a los pagos fraccionados de un determinado artículo. La publicidad siempre ha sido rentable y efectiva, pero en tiempos de crisis, aunque las marcas adapten sus anuncios a ella, la falta de liquidez se hace notar y no queda más remedio que “tirar para atrás”, como dicen en mi pueblo. No sabemos si esa hipoteca casi casi regalada se podrá pagar, o ese maravilloso coche, cuyas cuotas paga la casa en caso de paro, acabará sustituyendo al viejo utilitario que nos acompaña desde hace demasiados años.
Hace días escuchaba la reseña radiofónica de mi periodista favorito, cuando decía que el único producto que no había visto reducida su demanda era el pan; al menos tendremos algo que comer. Esos otros productos que anuncia la televisión seguro que son más superfluos y podemos vivir sin ellos. Al menos el estómago estará satisfecho.

No me imagino vivir sin ti, Internet

Ayer, 13 de marzo, se cumplían 20 años desde que internet hizo su aparición en nuestras vidas.
Aunque los primeros ensayos con la red ya se iniciaron en el año 68 con el objetivo de conectar todos los ordenadores del proyecto estadounidense ARPANET ( red de computadoras creada por el departamento de defensa de los EEUU, como medio de comunicación de los diferentes organismos del país), no se conoció hasta 1989, fecha en la que Tim Berners-Lee creó la estructura World Wide Web (www), desarrollando el lenguaje html con el fin de compartir información con todo el mundo.
A los que a día de hoy nos movemos mucho por aquí, nos resulta imposible que antes viviéramos sin internet, sin embargo, esos 40 años desde que una red comenzó a unir ordenadores o esos 20 desde que existe el lenguaje html al alcance de los usuarios también se nos antoja toda una vida. Un invento que ha cambiado la forma de las comunicaciones y que ha animado al usuario medio-bajo a lanzarse a la red en busca de información, trabajo, sexo, fortuna, conocimientos, amistad…
¡Cuánto ha evolucionado internet desde que hace unos 12 años contraté mi primera “tarifa plana”! casi me da la risa ver cómo aquella precaria conexión me conectaba en minutos con el mundo exterior y ya me permitía –entre otras cosas- mantener correspondencia con mi amiga Ana afincada en Londres, pero nada que ver con mi ADSL que ha evolucionado junto con mi ordenador y mi experiencia. Ahora ya puedo hablar por teléfono y navegar a la vez y las conexiones ya no son “eternas”, ni los cortes asiduos, como antes.
Ahora, hemos cambiado la forma de comunicarnos: menos correo de papel y llamadas telefónicas y más correo electrónico, chat y video llamada. Son los tiempos que cambian y nos acercan el Messenger, el Facebook y otros inventos que, según dicen, en España sólo disfrutamos de un 10% en tecnología de lo que llegaremos a tener de aquí a unos años. Aunque ahora ya podemos sentirnos satisfechos de que a sólo un clic podemos acceder a fuentes de información impensables hace unos años. Internet ha cambiado nuestras vidas, la forma de trabajar y los ratos de ocio. No me imagino vivir sin ti, Internet.

1er año de gobierno

De la segunda legislatura, pero el primero. Zetapé mostraba su rostro sonriente y talentoso en los carteles en los que además de la sonrisa, lucía radiante un rótulo que decía: “por el pleno empleo”. Me imagino que esa coletilla fue decisiva para muchos a la hora de depositar su voto en la urna, ya que muchas veces nos seduce mucho más una frase adecuada que un galán con sonrisa incorporada que no tiene el menor atisbo de sinceridad.
Aquella frase a más de uno se le habrá ocurrido estampársela en la cara al promotor de la idea; a los más de tres millones de parados que votaban al partido socialista OBRERO que prometía trabajo, 400 euros, igual-dá, políticas sociales para todos y todas y bla, bla, bla. Un año después las cosas están peor y, lo que es peor (valga la redundancia) es que ahora no podremos ni siquiera soñar; no hay elecciones a la vista y nuestros políticos de turno no tendrán que inventarse nada para convencernos.

Un año más de gobierno y cada día retrocedemos posiciones: los ministros dimiten y sueñan con dimitir y el paro, que es una de las cuestiones que más me preocupa, sube y sube hasta límites que no nos esperábamos. Tengo una duda: a Zetapé ¿no le salen las cosas como él esperaba? O ¿Él sabía que esto se avecinaba y engañó a los españoles con su sonrisa de galán de telenovela? A Zetapé le están saliendo las cosas del revés y, por si fuera poco, va a Rusia “a estimular, favorecer, (…) y apoyar el turismo” convirtiéndose en unas horas en la opción más visitada de Youtube.
Me imagino que en esta ocasión no necesite vela de cumpleaños, no por nada, sino por no tener nada que celebrar. Con Z.

No Leer León

No sé si será por la crisis, que últimamente tiene la culpa de todo, o porque los políticos no están en campaña electoral y no tienen a nadie a quien venderle el género. La cuestión es que este año la feria Leer León se traslada al 2010, o al “anonimato ese de nunca jamás”; nunca se sabe. De momento la edición de este año de la feria del libro infantil y juvenil en la que se fomentaba la consumición literaria para los más jóvenes, queda suspendida por falta de liquidez; para hacer frente a gastos retrasados.
La 4ª edición de la feria leonesa se pospone a causa de una deuda de 600.000 euros de ediciones anteriores y al recorte de subvenciones por parte de las administraciones que, supuestamente ven más necesario invertir en cualquier cosa menos en la cultura. De aquí a poco tiempo seremos todos analfabetos entre planes de Bolonia EPCes y demás inventos; estos políticos a los que parece que les preocupa más el boato y la ostentación que la cultura de los españoles, lograrán colocarnos a todos a la cola de Europa poniendo cada vez más trabas a la educación y a la cultura.
De momento este año, no podremos asistir a las firmas de autores ni a los talleres infantiles, ni a recorrer los stands colocados en la carpa multicolor, este año no compraremos ningún libro para que los pequeños de la casa aviven su interés por la lectura, ni coleccionaremos otro marca páginas conmemorativo de la feria porque alguien se ha encargado de que este año no haya Leer León.

Las profecías de Touriño

Ni Nostradamus, con sus profecías afirmaba con tanta rotundidad como lo ha hecho hace unos días el ya casi ex presidente de la Xunta de Galicia que su más directo rival “no merece gobernar porque ni siquiera tiene categoría para liderar la oposición” sin embargo, se equivocó de lleno y no le quedó más remedio que achantar, coger los bártulos: (Audis de ochenta milloncejos, sillas de 2000 eurillos y demás enseres con los que fue redecorando su vida los últimos cuatro años) y seguir siendo austero, como reza su catecismo. No pensaban igual los gallegos a la hora de acercarse a las urnas gallegas a decidir el futuro de su tierra durante los próximos cuatro años.
Que como presidente no lo ha hecho nada bien, no lo digo yo, lo dicen los interesados que son los que tienen la palabra y el poder de decisión. Que, como profeta no tenía futuro, eso salta a la vista. A estas horas (23:02) ya ha llamado a Feijóo para felicitarlo por sus 39 escaños y su amplia mayoría absoluta. Nada que ver con sus profecías. Ahora se quedará en la oposición y no le faltará un sueldo que llevarse a casa, pero mi consejo desde aquí, sería que no se dedicase a las artes adivinatorias, no daría ni una y no se ganaría un colín.
Desde estas humildes líneas quiero mandar mi más sincera felicitación a Alberto Núñez Feijóo a los gallegos que lo han hecho posible, por esos resultados que se merece. Por cierto, la semana pasada estuve en las tierras gallegas y mirando uno de esos carteles que decoraban las calles de Orense, tuve la sensación de que Feijóo sería el próximo presidente de la Xunta. No soy vidente ni profeta, soy consumidora de medios de comunicación y las malas gestiones del bipartito se salían de madre. Creo que estos resultados no hayan sorprendido demasiado.