
En un día lluvioso –por no variar- se celebra el día del libro. Soy de la opinión de que no debería existir un día de, sino que todos los días sean días de. Así los autores no tendrían que estar bajo las inclemencias del tiempo, asfixiados por los seguidores sedientos de autógrafos ni agobiados por el hecho de que hoy se venderán muchos libros pero mañana seguiremos pendientes de la crisis y utilizaremos el dinero para cosas más necesarias.
Como personalmente me molesta que me señalen un día unas determinadas cuestiones, como puede ser el archifamoso centro comercial que nos mete por los ojos días de para vender más, también me hace gracia que hoy 23 de abril sea conocido como el día del libro y de la rosa; -luego vamos por la vida con la bandera de la igualdad- y ya estamos discriminando “para los hombres un libro y para las mujeres una rosa” en fin…, pero a la ministra del ramo no la quiero por aquí –dicho sea de paso-.
Prefiero ir por libre y comprar el libro el día que me tropiece con el adecuado en la librería, sin tener que sucumbir a cánones dictados por alguien con ganas de vender, ni ver a los escritores perder la paciencia ante la avalancha de fans dispuestos a conseguir un ejemplar con la firma de su ídolo –que los habrá majetes, pero seguro que también hay alguno que está hasta el moño-…
Como personalmente me molesta que me señalen un día unas determinadas cuestiones, como puede ser el archifamoso centro comercial que nos mete por los ojos días de para vender más, también me hace gracia que hoy 23 de abril sea conocido como el día del libro y de la rosa; -luego vamos por la vida con la bandera de la igualdad- y ya estamos discriminando “para los hombres un libro y para las mujeres una rosa” en fin…, pero a la ministra del ramo no la quiero por aquí –dicho sea de paso-.
Prefiero ir por libre y comprar el libro el día que me tropiece con el adecuado en la librería, sin tener que sucumbir a cánones dictados por alguien con ganas de vender, ni ver a los escritores perder la paciencia ante la avalancha de fans dispuestos a conseguir un ejemplar con la firma de su ídolo –que los habrá majetes, pero seguro que también hay alguno que está hasta el moño-…