lunes, 29 de octubre de 2007

Amigos para siempre

Hace años tarareábamos en toda España la canción "Amigos para siempre". Aquella melodía de estilo rock-flamenco tan de moda que nos brindaban Los Manolos nos hizo ver la importancia de una buena amistad. Con el paso de los años me doy cuenta de que es verdad, una amistad hay que tratar de conservarla el mayor tiempo posible y perdonar los posibles errores que en ésta haya podido haber.
Así piensa nuestro querido presidente del Gobierno y no se lo piensa dos veces para presentarse en el ojo del huracán. Eso sí en domingo, que es el día de descanso de los obreros del AVE de Barcelona, por si acaso, para entonar el mea culpa y dejar a su amiguísima del alma Maleni, lejos de los odios, las críticas y las peticiones de dimisión por parte de sus amigos catalanes. El presidente Zapatero, abanderado del talante y la sonrisa, también tiene claro que los amigos son para siempre.
En lo que a lo mejor no pensó SuperZ es que con esa actitud le lloverán más críticas que si hubiera estado donde realmente se esperaba su presencia: en los actos del 25º aniversario del triunfo socialista de Felipe González. Un presidente que, rodeado de amigos que prometían ir con él hasta la muerte, se dio cuenta de que empezaron a ir por libre en el momento que olfatearon el gustirrinín que daba el dinero y a su amigo le hicieron quedar mal y salir de la Moncloa casi por la puerta de atrás.
A mi parecer, González si fue un buen presidente: no pregonaba talante pero lo infundía por los cuatro costados. Sin embargo, aunque hiciera cosas por las que se le pueda reprochar, fue un hombre que marcó una época; defendió su ideología ante todas las críticas de una España bastante más difícil que la que vivimos ahora y luchó por su tierra: Andalucía, la que gracias a él pasó de ser una región empobrecida a ser un lugar turístico envidiable dotado de las infraestructuras necesarias para estar en aquellos momentos a la cabeza de España. Los leoneses no podemos decir lo mismo de nuestro querido ZP.
Zapatero llena la boca con su tierra y se siente leonés por encima de todo. Vendrá en plena campaña electoral, cuando su apretada agenda apenas le permita acordarse de su tierra querida. Sin embargo él, leonés de pro, hará un gran esfuerzo porque León se lo merece, porque siempre lo tiene en su pensamiento. Con su encantadora mirada y su seductora sonrisa encandilará a las masas y logrará el voto de los leoneses y leonesas que le volverán a dar su confianza en las urnas, porque lo consideran además de paisano un amigo.
En las pasadas elecciones fueron muchos los leoneses que confiaron en él, muchas las promesas que hizo antes de estar en el poder: 115 acciones para León, Zamora y Salamanca, (plan Oeste) 1cumplida. En León somos tontos, son tontos ya que quien escribe estas líneas no depositó su confianza en el leonés, sino en el gallego, pero me uno a la derrota de mi pueblo que en este caso va de la mano de la victoria del presidente. Y es que muchas veces los sentimientos no nos dejan ver más allá de las narices. Siendo de León seguro que nos pone la provincia como hizo Felipe González en Andalucía. Lo normal sería eso. En este caso no.
Amigos para siempre de Zapatero no hemos sido sus paisanos los leoneses. Amigos para siempre de este leonés han sido los catalanes, aunque posiblemente ahora dejarán de serlo; los vascos, los gays, las prostitutas, los terroristas, los inmigrantes, los ministros ineptos, los que rememoran viejos rencores con la memoria histórica, o los amigos dictadores del otro lado del charco: Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales… Amigos para siempre. Los leoneses seremos: Votantes para siempre. En vísperas de unas elecciones, al candidato a presidente le parecerá casi lo mismo. Será su único objetivo, sin embargo llenará los pulmones con aire leonés y pensará que sus amigos de León son amigos para siempre.

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