
Las promesas electorales se las suele llevar el viento al cabo de unos días de las elecciones. Zapatero que “nunca olvida sus promesas ni defrauda a sus paisanos” tiene que estar echando mano del listo del gabinete de economía para que le vaya echando las cuentas de las desorbitadas promesas que lanzó al viento, pensando que el que gobernaría sería Rajoy. Sin embargo el talante zapateril sigue estando de moda y volvió a salir reelegido por unos cuantos españoles que no saben todavía la que les ha caído encima.
Yo ya tengo ojeado un modelito para invertir esos 400 euros que tan amablemente el gobierno de Zetapé me dará, si cuando haga todas las cuentas le sigue sobrando algo, que mucho me temo que no, sin embargo pienso darle la murga todos los días para que cumpla lo que promete. Detrás de mí vendrán el resto de españoles a los que les ha prometido lo mismo. Y no me quiero yo imaginar a toda España a las puertas de la Moncloa con pancartas que digan que Zetapé les ha engañado. Yo quiero mis 400 euros. Si mi presidente no miente, que lo demuestre.
Sin embargo, y como era de esperar por los detractores del talante, no todo iba a ser tan fácil como esperar a que nuestra cuenta del banco se incrementara en esos 400 euros, tenía que tener algo de gato encerrado y así es. El señor Solbes ya anuncia que esa medida se llevará a Consejo de ministros para su aprobación, o lo que viene siendo lo mismo: donde dije digo, digo diego... ¿Acaso alguno de los antizetapés nos lo habíamos creído? Me imagino que no, pero los zapateriles se lo creyeron a pies juntillas; la diferencia está clara.
Yo ya tengo ojeado un modelito para invertir esos 400 euros que tan amablemente el gobierno de Zetapé me dará, si cuando haga todas las cuentas le sigue sobrando algo, que mucho me temo que no, sin embargo pienso darle la murga todos los días para que cumpla lo que promete. Detrás de mí vendrán el resto de españoles a los que les ha prometido lo mismo. Y no me quiero yo imaginar a toda España a las puertas de la Moncloa con pancartas que digan que Zetapé les ha engañado. Yo quiero mis 400 euros. Si mi presidente no miente, que lo demuestre.
Sin embargo, y como era de esperar por los detractores del talante, no todo iba a ser tan fácil como esperar a que nuestra cuenta del banco se incrementara en esos 400 euros, tenía que tener algo de gato encerrado y así es. El señor Solbes ya anuncia que esa medida se llevará a Consejo de ministros para su aprobación, o lo que viene siendo lo mismo: donde dije digo, digo diego... ¿Acaso alguno de los antizetapés nos lo habíamos creído? Me imagino que no, pero los zapateriles se lo creyeron a pies juntillas; la diferencia está clara.