Menos mal que hace ya unos años que dejé de estudiar y no me tengo que enfrentar ahora a las enseñanzas de este equipo de Gobierno cargado de talante e igualdad. Así me libro de la educación para la ciudadanía, también llamado “amaestramiento de la ideología” y sobre todo de tener que buscarle femenino a todas y cada una de las palabras existentes en nuestro sabio y extenso diccionario. ¡Pobres niños del siglo XXI!
Lo malo que tiene la pobre ministra maestra de flamenco, es que es algo cateta y, como no hay nada más atrevido que la ignorancia, llega a donde todo el mundo la escucha y se pone a hablar de miembros y “miembras” sin saber que hay vocablos que, por mucho que nos gusten, todavía no están acuñados por nuestra Real Academia de la Lengua. Por muy igualitaria y muy ministra que se sea, hay cosas en las que los académicos, son intransigentes.
La Señorita Aída (femenino de Aído) se pensó que por ser ministra y mujer, pisaría por encima de las recias normas de la casa de las letras y se lanzó a incorporar una palabra tan útil y necesaria para ella como parece ser “miembras” para designar nosequé, pero pegó en hueso y desde la R.A.E. le dijeron que se dejara de “bromas de mal gusto” y se dedicara a resolver los “problemas reales de desigualdad que hay en España, como las dificultades que tienen los padres en algunas comunidades, para que sus hijos estudien castellano”.
Presiento que después de este estirón de orejas, la recién estrenada “miembra” del Congreso, se dé un repaso al diccionario de las idioteces, antes de salir en público a cagarla, como solemos decir vulgarmente los castellanoparlantes bien hablados, cuando queremos ser algo soeces.
Para terminar, quiero darle a la señorita Aída un consejo que le puede ser útil: en mi tierra dicen: “Antes de hablar, aprende a escuchar”
Lo malo que tiene la pobre ministra maestra de flamenco, es que es algo cateta y, como no hay nada más atrevido que la ignorancia, llega a donde todo el mundo la escucha y se pone a hablar de miembros y “miembras” sin saber que hay vocablos que, por mucho que nos gusten, todavía no están acuñados por nuestra Real Academia de la Lengua. Por muy igualitaria y muy ministra que se sea, hay cosas en las que los académicos, son intransigentes.
La Señorita Aída (femenino de Aído) se pensó que por ser ministra y mujer, pisaría por encima de las recias normas de la casa de las letras y se lanzó a incorporar una palabra tan útil y necesaria para ella como parece ser “miembras” para designar nosequé, pero pegó en hueso y desde la R.A.E. le dijeron que se dejara de “bromas de mal gusto” y se dedicara a resolver los “problemas reales de desigualdad que hay en España, como las dificultades que tienen los padres en algunas comunidades, para que sus hijos estudien castellano”.
Presiento que después de este estirón de orejas, la recién estrenada “miembra” del Congreso, se dé un repaso al diccionario de las idioteces, antes de salir en público a cagarla, como solemos decir vulgarmente los castellanoparlantes bien hablados, cuando queremos ser algo soeces.
Para terminar, quiero darle a la señorita Aída un consejo que le puede ser útil: en mi tierra dicen: “Antes de hablar, aprende a escuchar”
3 comentarios:
Es lo que tiene el nunca suficientemente ponderado talante de la igualdad... Y me temo que el tirón de orejas ha sido muy flojito, porque el llevar escrito en el papel lo de "miembra" es para nota. Vamos, que ni que se lo hubieran escrito a propósito para desviar la atención de la huelga de transportistas... ¡Qué tontería!, ¿a quién se le ocurriría una cosa así?
Un saludo
Socialismo en estado puro, meto la pata, la meto mas todavía intentando justificarme para no reconocer mi ignorancia y si esto no cuela si hace falta se legisla o se cambia lo que haya que cambiar para llevar la razón.
Soy socialista, la razón me acompaña.
Saludos
La igualdad la demuestran muchas mujeres que día a día sacan a sus hijos adelanten sin ayuda de nadie.
la igualdad se demuestra cuando hay mujeres que hacen el mismo trabajo que cualquier hombre.
La igualdad se demuestra cuando ningún empresario nos eche a la calle porque nos quedemos embarazadas.
la igualdad se demuestra de muchas maneras... Empezando por tener ministras que sean inteligentes.
Así quiero la igualdad, por eso un CERO patatero para la Zeta-ministra.
besos
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