martes, 10 de febrero de 2009

Crisis en el estómago

Hasta los empresarios hosteleros se dejan decir que estamos ante una grave crisis. Hace meses supe de que en un coqueto restaurante leonés con cuyo maître me une algo más que una bonita amistad, la crisis comenzaba a hacer su aparición desde el momento en que sus clientes (asiduos la mayoría de ellos) cambiaban el solomillo por las croquetas. Aquello parecía un apunte sin importancia y al llegar las Navidades todo volvía a su lugar. Los mariscos y los platos de postín seguían acudiendo fieles a su cita con los estómagos más exigentes sin reparar en el estado de la cartera.
Sin embargo, con la temida cuesta de enero, muchas de aquellas parejas, seguían frecuentando el lugar pero cambiaban la carta por unas mini-raciones para compartir (seguramente compartirían con un yogur o una fruta al llegar a casa aquella cena frugal, con el fin de que las tripas no se resintieran durante las largas noches invernales). Sin embargo, como los cánones mandan, los refinados comensales salían del comedor de “cenar” con mesa, mantel de tela y un profundo mosqueo del dueño del restaurante. Hay que conservar el caché aunque el estómago esté atravesando una intensa crisis.
Ahora, con el mes de enero finiquitado y el de febrero a medias, el susodicho restaurante, sale a la prensa afirmando que sufre un “descenso histórico del gasto de los turistas”. Eso afirma una vez más que las cosas no están del color que Zapatero las pinta. Si la crisis hace su aparición sólo por las cuentas de los bancos o las hipotecas de los que salen en la tele, no les hacemos tanto caso como cuando afectan a uno, y lo malo es cuando a ese uno le afectan al estómago.

11 comentarios:

Pat Lawriter dijo...

El estómago se da cuenta pronto... porque a menudo le quitamos a él para poner a otra cosa... pero qué verdad es lo que te comentan el restaurante... cómo se nota el cambio en esas cosas...
saludos...

ZP Nunca Mais dijo...

Te aconsejo que cambies de restaurante. Casa Pozo está bien.

Al Neri dijo...

No sé, yo la sensación que tengo es que para los españoles el "gasto mínimo de ocio" es intocable y aunque no tengan para la hipoteca ni para vestirse, siempre van a tener para los restaurantes, las copitas y los vicios. Seguramente es porque pensamos que si encima de trabajar como matados de lunes a viernes luego no podemos darnos ni una alegría, la vida no tendría ningún sentido.

El Abogado Chalado dijo...

Digo yo que es una cuestión obvia que en momentos de carestía uno opte por reducir o minorar gastos supérfluos.
Seguramente el mosqueo del dueño del restaurante se podrá compensar con los márgenes de benficio que se llevaba con los solomillos. -y que sus clientes pagaban, todo hay que decirlo-

Caperucita dijo...

Para mí el comer de restaurante ya se ha convertido en un artículo de lujo.
Menos mal que la cocina se me da bien.
Besitos.

Mª Ángeles dijo...

Hola Chocolate (hummmmmm, me encanta el chocolate)yo creo que al estómago no es que le quitemos, sino que le rebajamos la calidad de lo que le damos; es decir: no mirar tanto la marca de algunos productos, o cambiar el solomillo por las croquetas.
Gracias por tu comentario

Mª Ángeles dijo...

Hola ZP nunca mais, gracias por tu sugerencia, en Casa Pozo he comido alguna vez y yo, que soy forofa del queso, he comido un solomillo con salsa de queso de Valdeón que flipas.
De todos modos en León hay muchos sitios para comer bien y en la provincia muchos más.
Saludos

Mª Ángeles dijo...

Fíjate que coincido contigo Al Neri en eso que dices, porque muchas veces nos preocupa más el quedar bien delante de la gente que el llenar el estómago en sí. En fin, ellos y su tontería. Yo, si no me lo puedo permitir, no voy. Además soy muy apañada en la cocina, me encanta y no se me da mal, así que no tengo problema en hacer algunos platos de restaurante en casa, con menos de la mitad del dinero.
Un saludo

Mª Ángeles dijo...

Cómo sabéis los Abogados esas cosillas que se nos escapan a los demás. Cierto que ha ganado lo suficiente para poder tirar ahora en los malos tiempos, pero los empresarios quieren ganar mucho todos los días.
Gracias por tu comentario Abogado Chalado y un saludo

Mª Ángeles dijo...

Hola Caperucita, si se te da bien la cocina no hay problema. A las que nos gusta cocinar (a mi me encanta y no se me da mal)siempre habrá algún plato aunque sea pobretón, que nos quede de lujo. Te pongo un ejemplo: las patatas a la importancia, es un plato laborioso pero muy resultón, las acompañas de algo de carne (el mismo solomillo que en la tienda cuesta menos de la mitad) con un buen postre detrás y ya está: un menú de cinco tenedores. A comer.
Un besazo y buen provecho

Caballero ZP dijo...

Ya conocemos por la etapa de gobierno anterior del PSOE, que el progresismo solo dura hasta que termina con las posibilidades de sobrevivir. Entonces es cuando les invade un virus que milagrosamente les hace recuperar la capacidad de crítica y de análisis.
Saludos

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