Cada día que pasa y enciendo el ordenador me encuentro con una nueva sorpresa socialista, siempre en forma de vídeo. Supongo que es el formato estrella de la temporada. Ahora al amigo Zp le ha dado por decir que España es el segundo país en el que un niño querría vivir. No digo que no, ya que en España, los niños, ajenos a los tejemanejes del gobierno y a los sustos de la cesta de la compra diaria, el paro, la violencia callejera, el terrorismo etc, que nos preocupa a los mayores, no tienen motivos para no ser felices.
Las personas mayores que nos preocupamos de la situación de nuestro país, enseguida nos damos cuenta de que el gobierno nos está contando (seguramente pensando que somos niños) el cuento de Alicia en el país de las maravillas, donde nada es lo que parece y la fantasía del narrador tiene mucho protagonismo. Yo que tengo la mente algo retorcida ante las promesas electorales no tardo nada en coger lápiz y papel (teclado) y desgranar unas cuantas realidades del mundo que no ha visto Zapatero.
Nuestros niños viven en una sociedad de consumo en la que se obliga a trabajar a sus dos progenitores para poder darles sus caprichos: ordenador, juegos, ropa de marca…o necesidades: la leche (al precio de la gasolina), los huevos, la carne…la hipoteca nuestra de cada día, ya no tendrán tiempo de estar con sus hijos, ya que la vida sube y los sueldos, al menos hasta las elecciones, se mantienen. Los hijos de las personas que piensan, ven las barbaridades a las que nos somete la ineptitud de este gobierno.
Con los planes de estudio se les aprueban las asignaturas aunque no siempre tengan el nivel requerido. Lo importante es el título de ESO, a nivel Europa, cuantos más haya, mejor que las estadísticas son importantes. Si hay que repetir cursos o hacer una docena de exámenes, se hacen. Los valores que nos inculcaron de pequeños, se han quedado obsoletos; a los niños de ahora no se les exige ser educados por la calle y tener civismo, la violencia infantil y callejera aumenta considerablemente; solo se pide que sean felices.
Y mi preocupación, como madre que soy, no solo es la felicidad de mi hijo, sino el que el día de mañana esos hijos sean personas de provecho; no me gustaría ver a mis hijos protagonizando escenas callejeras de las que desgraciadamente, estamos hartos de ver. Tampoco me gustaría que para ser atendidos por la seguridad social tengan que esperar interminables listas de espera, debido a que en España, cada vez somos más.
Lo que este gobierno nos está dando a entender, por desgracia, es una sensación de que desde que gobiernan ellos todo va bien, si no somos del todo inteligentes y vemos sus artimañas, pensaremos que estamos en el cuento de “todo está bien”, “todo funciona fenomenal”: Una demostración de marketing en la que nos intentan hacer ver que los problemas de todos y todas tienen importancia para ellos. Un vótanos, vótanos y te daremos el mundo que a ti te gusta. Un pasar página a la realidad que después de las elecciones volverá aplastante a hacernos ver que todo era un bonito cuento.
Las personas mayores que nos preocupamos de la situación de nuestro país, enseguida nos damos cuenta de que el gobierno nos está contando (seguramente pensando que somos niños) el cuento de Alicia en el país de las maravillas, donde nada es lo que parece y la fantasía del narrador tiene mucho protagonismo. Yo que tengo la mente algo retorcida ante las promesas electorales no tardo nada en coger lápiz y papel (teclado) y desgranar unas cuantas realidades del mundo que no ha visto Zapatero.
Nuestros niños viven en una sociedad de consumo en la que se obliga a trabajar a sus dos progenitores para poder darles sus caprichos: ordenador, juegos, ropa de marca…o necesidades: la leche (al precio de la gasolina), los huevos, la carne…la hipoteca nuestra de cada día, ya no tendrán tiempo de estar con sus hijos, ya que la vida sube y los sueldos, al menos hasta las elecciones, se mantienen. Los hijos de las personas que piensan, ven las barbaridades a las que nos somete la ineptitud de este gobierno.
Con los planes de estudio se les aprueban las asignaturas aunque no siempre tengan el nivel requerido. Lo importante es el título de ESO, a nivel Europa, cuantos más haya, mejor que las estadísticas son importantes. Si hay que repetir cursos o hacer una docena de exámenes, se hacen. Los valores que nos inculcaron de pequeños, se han quedado obsoletos; a los niños de ahora no se les exige ser educados por la calle y tener civismo, la violencia infantil y callejera aumenta considerablemente; solo se pide que sean felices.
Y mi preocupación, como madre que soy, no solo es la felicidad de mi hijo, sino el que el día de mañana esos hijos sean personas de provecho; no me gustaría ver a mis hijos protagonizando escenas callejeras de las que desgraciadamente, estamos hartos de ver. Tampoco me gustaría que para ser atendidos por la seguridad social tengan que esperar interminables listas de espera, debido a que en España, cada vez somos más.
Lo que este gobierno nos está dando a entender, por desgracia, es una sensación de que desde que gobiernan ellos todo va bien, si no somos del todo inteligentes y vemos sus artimañas, pensaremos que estamos en el cuento de “todo está bien”, “todo funciona fenomenal”: Una demostración de marketing en la que nos intentan hacer ver que los problemas de todos y todas tienen importancia para ellos. Un vótanos, vótanos y te daremos el mundo que a ti te gusta. Un pasar página a la realidad que después de las elecciones volverá aplastante a hacernos ver que todo era un bonito cuento.
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